Sociedad organizada y economía social
El encuentro en la Universidad Obrera de México (UOM) para presentar el libro fue muy especial para nosotros, los autores, porque nos permitió intercambiar puntos de vista con un público especialmente interesado en el desarrollo de la economía social y el cooperativismo, comenzando por Armando Dueñas, Coordinador de Economía Social y Solicitaría de la UOM.
Al respecto, en la parte final de Alimentos sustentables a la carta, dentro de Sobremesa con regusto a conclusiones, señalamos que la sociedad organizada no puede quedarse de brazos cruzados esperando a ver cuándo el Estado por fin se decide a cumplir el papel que la sociedad mexicana está demandando en el campo de la alimentación y la producción agrícola e industrial de alimentos.
Afirmamos: “Debemos sumar esfuerzos y crear redes sociales y productivas. Un primer paso, tomar decisiones de compra bien informadas, de modo que sirvan como un voto en contra de las empresas que producen lo que no queremos. Un segundo paso, buscar la forma y darnos el tiempo de producir al menos algunos de los alimentos que consumimos. Uno más, organizarnos e integrarnos en redes de consumo y producción”.
Entre los ingredientes de nuestras propuestas, recomendamos “optar por la economía social solidaria porque reivindica la economía como medio y no como fin, al servicio del desarrollo personal y comunitario, por lo que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas y de su entorno social local”.
Además sugerimos formar asociaciones cooperativas de consumidores socialmente responsables e integrar diversas organizaciones de economía solidaria (cooperativas, asociaciones civiles, sociedades de solidaridad social, sociedades de producción rural) en redes de producción y distribución local y regional.
Y reivindicamos la dimensión social, ambiental y económica del vínculo entre productores y consumidores a través del comercio justo, que se basa en la calidad de producto, el cuidado del ambiente y la justicia social.
